LAS
COLINAS SE MUEVEN
Las
colinas se mueven
al
torbellino de sangre ceden
alrededor del mundo tus pisadas
saetas de Apolo nuestros huesos
azules por yermos del aire
blancas florestas sobre piedras blancas aves
prados suspendidos yerguen sus planetas
rompen sus sonidos en la aurora
a
la circulación de dos estrellas
brotes de luz cantando sin término
las
colinas reteniendo el día
sus
viejos pámpanos la tierra
tu
cuerpo en los arroyos
en
los montes del cielo
rodando a la memoria
perdiéndose en el hueco del agua
bajo las piedras lilas al cabo del otoño.
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